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¡Una historia de amor! Este es el origen de la flor de cempasúchil
NACIONAL (2 NOVIEMBRE 2023). – En México una de las celebraciones más importantes es el Día de Muertos, año con año cientos de familias colocan ofrendas y altares decorados con flores de cempasúchil, cuyos pétalos, gracias a su color y aroma, se han convertido en uno de los elementos más representativos y fundamentales de este día.
Aunque esta flor es nativa de México en el país se estima la presencia de 35 especies de las 58 referidas, China también es un importante productor de esta flor.
El nombre cempasúchil proviene del náhuatl “cempohualxochitl” que significa veinte flores o varias flores, su color amarillo es asimilado con el sol, razón por la que sus pétalos son utilizados para marcar el camino hasta el altar de la casa, con la finalidad de guiar a las almas de nuestros seres queridos hacia los altares en su honor.
Sin embargo, existe una leyenda surgida de la mitología azteca que relata el origen de la flor de cempasúchil, de esta leyenda también viene la tradición de poner pétalos de cempasúchil desde la entrada hasta la ofrenda, se cree que el aroma y color de la flor guía a las almas de los difuntos en el camino para regresar a casa.
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo existieron un par de niños que se conocieron desde pequeños, la niña se llamaba Xóchitl y el niño Huitzilin, ambos compartieron infancia, crecieron juntos y al final su amistad se convirtió en un dulce y tierno amor juvenil.
Tanto era su cariño que un día decidieron subir a lo alto de una colina en donde el sol deslumbraba con particular fuerza, pues se sabía que allí moraba el dios del sol.
Hicieron todo ese largo camino sólo para pedirle a Tonatiuh que les diera su bendición y cuidado para poder seguir amándose, el dios del sol al verlos tan enamorados, bendijo su amor y aprobó su unión.
Desafortunadamente la tragedia llegó a ellos de forma inesperada cuando Huitzilin fue llamado a participar en una batalla para defender a su pueblo y fue así como se separaron para que él marchara a la guerra.
Después de algún tiempo, Xóchitl se enteró que su amado había fallecido en el campo de batalla, su dolor fue tan grande que rogó con todas sus fuerzas a Tonatiuh que le permitiera unirse a él en la eternidad.
Este, al verla tan afligida se compadeció y decidió convertirla en una hermosa flor, así que lanzó un rayo dorado sobre ella, y en efecto, creció de la tierra un bello y tierno botón que permaneció cerrado durante mucho tiempo, hasta que un buen día un colibrí atraído por su aroma inconfundible llegó hasta ella y se posó sobre sus hojas, inmediatamente, la flor se abrió y mostró su hermoso color amarillo, radiante como el sol mismo, era la flor de cempasúchil que había reconocido a su amado, Huitzilin, el cual había tomado forma de colibrí para poder visitarla.
Es por eso que dice la leyenda que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes en los campos, el amor de Huitzilin y Xóchitl perdurará por siempre.